¡NO MIRAR!

Entró, y cuando miró, los ojos se le hicieron añicos. Caían las esquirlas de cornea; pensaba que no era justo.
Estúpido cartel para humanos desobedientes.
No mirar.
¿Quién deja de hacerlo si lee eso? No mirar, no mirar y preguntarse ¿el qué? Entonces, miras y no es normal que los ojos estallen, todo lo más, podría darse el caso de que pasase como aquella vez que tocó y no perdió los dedos, solo obtuvo un reconocimiento médico por la electrocución.
Uno de los parpados se le había quedado enganchado entre los pelos de la barba, lo notaba húmedo y viscoso. Sacó un pañuelo y se limpió.
Intentaba recordar lo visto, pero la imagen que le venía a la cabeza era la suya propia. El rabillo del ojo le aplastaba el sentido, había girado por completo.